Desafío
En un mercado tan homogéneo la oportunidad era clara, romper códigos ya establecidos. Descubrimos que la mayoría de la competencia utilizaba como solución los mismos colores, los mismos patrones gráficos y en algunos casos los mismos logos, tanto así que se limitaban en marcas 100% logocéntricas (una marca que basa su expresión en repetir su logo). De este insumo determinamos dos elementos claves, el primero hacer un logotipo sencillo y atemporal, y el segundo un universo visual que potenciara todos los elementos de la marca: concepto, narrativa, color, personajes, fotografía, tipografía, entre otros…